Las personas, con el paso de los años, experimentan cierto deterioro físico y cognitivo progresivo que, en la mayoría de los casos, empieza a manifestarse con perdida de memoria, dificultades en las tareas de la vida diaria y, en general, cierta perdida de autonomía.
A veces, debido a la aparición de algunas patologías neurodegenerativas (Alzheimer, Párkinson, etc.) el deterioro se hace más patente, rápido e imprevisible y las familias se encuentran en situaciones muy complejas de gestionar, sin tener los conocimientos ni las herramientas adecuadas.
Asimismo, este deterioro puede venir acompañado por cambios de conducta y en el estado de ánimo de la persona ya sea como consecuencia de la propia enfermedad o por el reconocimiento y observación de sus propias limitaciones.
Nuestras intervenciones van dirigidas en primer lugar a aquellas personas que precisan neurorrehabilitación a través de la estimulación cognitiva y otras técnicas diseñadas para ralentizar, en la medida de lo posible el deterioro cognitivo debido a patologías, lesiones por accidentes, ictus, intervenciones quirúrgicas o por el mero paso del de los años.
De forma paralela, pero no menos importante, nuestros psicólogos atienden a los cuidadores del paciente, proporcionándoles apoyo emocional, promocionando su autocuidado y dotándoles de las habilidades y herramientas necesarias para que puedan gestionar la situación de la mejor manera posible, en definitiva, intentando mejorar la calidad de vida de toda la familia.